La ministra quiere establecer un tipo fijo para todas las comunidades ► La recaudación de la Xunta tras la exención fiscal para legados inferiores a 400.000 euros cayó un 20%.
Hacienda se propone tumbar la reforma fiscal de la Xunta que se exime del impuesto de Sucesiones a las herencias que no superen los 400.000 euros -solo en línea ascendente o descendente (padres, hijos o cónyuges)-. Desde la entrada en vigor de las rebajas fiscales en Galicia en enero de 2016, casi 161.000 contribuyentes gallegos no tributaron por Sucesiones o Donaciones -casi 63.000 el primer ejercicio y más de 98.000 el año pasado-, según datos facilitados por la Consellería de Facenda.
El Gobierno de Pedro Sánchez ha rescatado el informe del comité de sabios sobre la financiación autonómica encargado por el departamento dirigido por Cristóbal Montoro durante la pasada legislatura y se ha quedado con algunas de las propuestas de los expertos. Entre ellas, la eliminación de bonificaciones para los herederos con un mínimo común de tributación para así evitar la actual brecha fiscal entre comunidades.
La nueva ministra de Hacienda, María Jesús Montero, será la encargada de llevar hoy al Consejo de Política Fiscal y Financiera (CPFF) la reimplantación del impuesto de Sucesiones en toda España. Cuando era consejera de Hacienda en el Gobierno de Susana Díaz, Montero llegó a calificar a Madrid como un «paraíso fiscal» por su presión fiscal casi inexistente tras la muerte de un familiar. Pese a las protestas en contra de la factura fiscal que acarrea aceptar un testamento en Andalucía, la Junta se negó a bajar el impuesto, manteniéndose en los primeros puestos del ranking de las comunidades con tipos más gravosos para herencias.
El modelo propuesto por Hacienda recoge la aplicación de un mínimo común para todos los herederos (en la actualidad en Galicia, solo se paga por los legados de tíos, primos o hermanos fallecidos o sin parentesco alguno). Aunque comunidades puedan tener la capacidad de cambiar los tipos o las deducciones en el tributo de Sucesiones, deberán ceñirse al tipo mínimo y máximo que fije el Gobierno central.
El caso gallego
Los herederos en Galicia son, junto con madrileños o canarios, los que más sufrirían la nueva tributación que plantea la ministra de Hacienda. Y es que tras varios años en la parte alta del ranking tributario con uno de los impuestos en Sucesiones más gravoso, la reforma fiscal impulsada por la Xunta en 2016 dio un vuelco al mapa fiscal autonómico. De ser la sexta comunidad que más recaudaba por herencias -en 2014 batió récord de ingresos, con más de 250 millones de euros-, Galicia se ha convertido en uno de los territorios donde abrir un testamento en línea ascendente o descendente no supone un carga fiscal para el heredero, ya que los legados inferiores a 400.000 euros -excluida la vivienda habitual del fallecido- están exentos de tributación, lo que afecta al 99% de los herederos. Las previsiones de ingresos para este ejercicio, con una recaudación prevista por herencias de 125 millones, la comunidad gallega pasará al cuarto puesto por la cola, según destacan desde el departamento que dirige Valeriano Martínez, por detrás de Extremadura, Castilla-La Mancha y Murcia.
Durante el primer año de las bonificaciones aprobadas por la Xunta, casi 63.000 contribuyentes gallegos eludieron el impuesto de Sucesiones. Esta exención se tradujo en una merma en los ingresos de Facenda, con 149 millones recaudados en 2016, un 17,2% menos que los 181 millones de 2015. La tendencia se mantuvo a la baja el año pasado, con una factura fiscal de 145 millones, un 20% menos que el ejercicio anterior a la entrada en vigor de las rebajas tributarias y 60 millones por debajo de la media del período 2012-2015, que rondó los 205 millones anuales.
Desde hace ya más de dos años, los herederos mayores de 25 años en Galicia no tributan por cuotas líquidas inferiores a 400.000 euros. A partir de esa cantidad, el contribuyente en línea ascendente o descendente solo tiene que hacer frente al importe que quede por encima de esos 400.000 euros.
Antes de la reforma fiscal de la Xunta, el techo en la comunidad gallega estaba en 125.000 euros, con la particularidad de que si se sobrepasaba esa cuantía tan solo estaban exentos los primeros 18.000 euros. Un ejemplo basta para conocer el alcance entonces el impuesto de Sucesiones en Galicia: la factura fiscal por una herencia de un padre que deja dos pisos y 30.000 euros en el banco ascendía a 27.000 euros frente a los apenas 1.200 euros que tenía que pagar ese mismo contribuyente si residía en Madrid. Desde hace más de dos años, la tributación en Galicia por ese mismo testamento es cero.
Fuente: R.Prieto