La nueva fórmula que sustituiría a los ERTE actuales en casos de crisis imprevista, se conoce como los MSE (Mecanismos de Sostenibilidad del Empleo).
En momentos de crisis como la vivida con la pandemia, las empresas puedan recurrir a estos MSE y no destruir empleos.
El Mecanismo de Sostenibilidad del Empleo permitiría a las empresas reducir la jornada de sus trabajadores cuando se produzca un imprevisto o situación sobrevenida que impida el desarrollo normal de la actividad de la organización.
A diferencia del ERTE por Covid que todavía se aplica, el MSE no tiene previsto contar con ninguna prestación adicional para los trabajadores afectados por el mismo (recordamos que ahora, parte del salario que se pierde por la suspensión de empleo temporal lo cubre actualmente el paro). Lo que sí se propone es la creación de un fondo para ayudar a determinadas empresas.
Este fondo se nutriría de los excedentes del paro, de las multas impuestas a grandes empresas que prejubilen trabajadores o despidan a trabajadores mayores de 50 años a través de un ERE, cuando la empresa esté obteniendo beneficios, y de los fondos europeos.
Respecto a qué empresas podrían ser beneficiarias de este fondo, el Gobierno, patronal y sindicatos serían las encargadas de examinar qué empresas o sectores podrían ser candidatos recibir una ayuda, bien en forma de bonificaciones o bien en forma de prestaciones.
Una propuesta provisional
El MSE es todavía solo una propuesta provisional, pero el documento que el Ministerio de Trabajo ha enviado a los agentes sociales, muestra ya el camino que quiere seguir el Gobierno para reformar los ERTE, que además forma parte del Plan de Resiliencia presentado a la UE.
El objetivo de Trabajo y, por tanto, del Ejecutivo, es tenerlo aprobado para finales de año, motivo por el cual se ha enviado este primer texto a la mesa que trabaja y negocia la reforma laboral que quiere acometer el Gobierno.
Así funcionarían los MSE
De acuerdo al texto enviado a los agentes sociales, las empresas podrían recurrir a un MSE cuando «por razones de carácter imprevisible, ajenas a la voluntad empresarial […] vean impedido o limitado el desarrollo normalizado de su actividad».
Recurrir a un MSE, al igual que ocurre con los ERTE por Covid, llevaría aparejado el compromiso de la empresa de mantener el empleo (es decir, no realizar despidos), además de no poder realizar nuevas contrataciones, externalizar trabajos o la realización de horas extra por parte los trabajadores no afectados por el MSE, durante el tiempo que dure el mismo. No cumplir estos requisitos sería castigado, si bien el texto solo remite un futuro desarrollo reglamentario del mecanismo, donde se especificarían el tipo de sanciones a imponer.
La puesta en marcha del MSE requeriría informar a la autoridad laboral y negociar con los representantes de los trabajadores. La autoridad laboral sería la encargada de autorizar o no la aplicación del MSE, que sería preferente a los ERE o los despidos por causa económica, técnica, organizativa o de producción.
Las empresas que recurran a esos despidos en vez de al MSE, deberán motivar por qué este mecanismo no es suficiente como solución a la situación por la que atraviese la empresa.
El fondo que se creará para poder ayudar a aquellas empresas que soliciten un MSE y lo necesiten, contará con un reglamento, que deberá prever la participación de patronal y sindicatos más representativos e incluir los requisitos para reconocer las medidas extraordinarias, así como cuándo y en qué circunstancias se otorgan bonificaciones o beneficios en materia de prestación por desempleo a las empresas que se acojan a un MSE.